"Vecino Dios, si a veces te molesto
con duros golpes en las noches largas,
es porque apenas te oigo respirar... "
R. M. Rilke
I
Cuando el mar se me sube por la espalda
y un sabor de
carne triste me llena
la ausencia de los besos,
te busco en los rincones
y en los árboles azules
del cansancio.
Te busco en toda el agua.
Los párpados me sangran
de tanto escalar aire.
Me olvido de mi mismo
hasta vaciarme,
hasta hacerme sólo aliento,
el miedo interrogante de andar
aunque esté quieto, prendido
en la sorpresa o en la calma.
Detenido en los espejos
que se apagan y no saben
por dónde muere el día.
Otra vez me vuelvo y me derramo
en el sólido sabor de los vocablos.
Me estiro y me desprendo
como uno que no sabe
la logitud impávida del día,
lo fiero y delicado
que resulta seguir estando vivo.
Desvelo algunos sueños
y los extiendo al sol como pañuelos.
Los dejo sobre el verde
y me prometo
descifrar toda la muerte.
Prometo subir a los balcones
y pisar los vencejos
que nacen de las torres, cuando el miedo
nos cierra las puertas del rocío.
II
La noche se deslíe en amapolas
y un ciprés como una lengua
me ha nacido entre los dedos.
Quizá no sea un árbol solamente,
pero me ha saltado encima
cuando andaba el horizonte
en busca de las fuentes de la pena.
Oigo el cielo bajar hasta mis labios
con sonido de piedras
y con brazos
semejantes a la lluvia.
Oigo el mar que se retira
y deja el día
lleno de pisadas.
Te busco porque sé que aún esperas
como un tallo bajo el agua.
Como una piedra gris que se utiliza
para hacer mi sepultura.
Soy la hoja sin color
que el viento no devuelve
porque es aire también
y ya no puede
tener recuerdos de árbol.
Quizá amanezca un día lentamente
y pueda verte. Pueda mirar tu pie
cuando me dejas
y se apaga el dolor. Cuando
has estado bebiendo de mi fuente y celebrando
esta risa que me nace como un hijo.
Mientras vuelven las flores
yo te busco. Mientras puedo saber
que la muerte es una puerta.
Porque sé que con mis pasos
se ensaya tu regreso
cuando el viento y mi palabra
responden al mismo interrogante.
El silencio parece una respuesta,
una sílaba redonda,
cercana y masticable
como el pan, como la noche,
como el barro
No hay comentarios:
Publicar un comentario